Lo único que te queda es un vano recuerdo de aquel día.
A
veces aparecen personas en tu vida sin esperarlo, y casi siempre
viven lejos de tu ciudad. Las conoces por Twitter, blogs, foros... Es
decir, por internet. Los primeros días después de conocer a esa
persona son los mejores: os presentáis, os decís dónde vivís y
bueno, todas esas cosas que se le dicen a alguien primera vez.
Entabláis conversaciones larguísimas, día tras día hasta que
llega un momento en el que si no tienes una de esas conversaciones
infinitas, sientes que te falta algo. Después llega el día en que
os dais los números de teléfono y escuchas su voz por primera vez;
ese es uno de los momentos que más me gustan. Esas personas
consiguen un lugar en nuestro corazón aunque nunca las hayamos visto
en persona. Y es cuando te empiezas a ilusionar, a pensar que la otra
persona también tiene las mismas ganas que tú de verte y de
abrazarte. Hasta que (si tienes mucha suerte) aparece la oportunidad.
Os véis, habláis, os contáis cosas mientras sonreís por los
nervios. Esa sonrisa os dura una semana. Durante esa semana tú
piensas que os veréis más veces, que siempre estaréis el uno al
lado del otro... Empiezas a sentir algo por esa persona. No amor
propiamente dicho, sino una sensación de querer estar a su lado.
Sensación que se acentúa a medida que mantienes el contacto. Pero
llega el momento más temido: cuando la otra persona te cuenta que le
gusta alguien de su ciudad, claro está. Y tú, que te has empezado a
ilusionar vanamente, sin darte cuenta, en ese momento te sientes
insignificante y no sabes por qué, ya que la otra persona sólo es
tu amigo/a. Empiezas a estar distante sin que se dé cuenta, hasta
que un día dejáis de hablaros. No por estar enfadados, sino porque
cada uno lleva su vida. La diferencia es que uno sufre por esta
“pérdida” y al otro digamos que le es indiferente.
Creías
que esta vez esa persona sería especial, que no perderíais el
contacto, pero vuelve a pasar. Otra vez.
No sé
si esto sólo me pasa a mí, espero que sí porque es una de las
peores sensaciones que se puede tener; perder a una persona con la
que ni siquiera has mantenido una conversación normal cara a cara.
Tiendo a coger cariño a la gente muy rápidamente. Esto puede ser
bueno, o ser la mayor mierda del mundo cuando a la otra persona no le
interesas ni la mitad que ella a ti.
Lo único que te queda es un vano recuerdo de aquel día.
Comentarios
Publicar un comentario