Vaga, maldita vaga.

Que soy una vaga es algo que no es de hoy, no es nada nuevo. Toda la gente que me conoce, lo sabe. Es algo que sí, puede ser gracioso en ciertas ocasiones, pero me está empezando a pasar factura en temas más importantes como es el del estudio. 

Este es mi segundo año de carrera y mis notas van decayendo ya con respecto a mi época de instituto. Si esto sigue así, no me quiero ni imaginar qué notas sacaré al final del grado. Y es que yo siempre he sido de las que sacaban buenas notas sin hacer casi ningún esfuerzo, pero esto ahora ya no me vale. Estoy en la universidad y parece que aún no me doy cuenta de que eso requiere un mayor esfuerzo respecto a los años anteriores. Pero no, yo sigo en mis trece de estudiármelo todo los días previos al examen. Y así me va. 

Tengo fuerza de voluntad para algunas cosas, pero soy incapaz de ponerme frente a los apuntes en vacaciones. Y es que, desde que "soy universitaria", las Navidades no existen para mí, con lo que a mí me gustan. Por eso, a la mínima que puedo aprovechar para huir de mis obligaciones y poder ir a algún lugar donde esté el espíritu de la Navidad, allá que voy. Si mi madre me dice de ir por la tarde a comprar regalos, aunque tenga una barbaridad de cosas por estudiar, no puedo decirle que no porque sé que durante ese momento que esté fuera, no estaré estudiando. 

Esto, al principio de las fiestas puede ser gracioso o incluso una recompensa por "haber terminado el cuatrimestre", pero estas risas cesan cuando te das cuenta de que ya es día 4 de enero, que quedan dos días para que terminen y tú te has pasado dos semanas sin prácticamente dar un palo al agua. Ha habido días que simplemente, no eran para estudiar y en los que no pensaba hacer nada, solamente pasármelo bien, pero por otra parte, ha habido días en los que podría haber hecho cosas y así no ir tan agobiada, ¿pero sabes qué? Soy una vaga, una puñetera vaga y no me apetecía ponerme a hacer nada porque me gusta flagelarme y tener que estudiarme todo el día de antes entre lloros, ataques de ansiedad y constantes "esto es todo lo que he podido hacer". Pues no, puta vaga, NO. No es todo lo que has podido hacer, si hubieses atendido a tus responsabilidades como una persona decente, no te pasaría esto y serías capaz de sacar notas excelentes. Le hablo a mi yo del pasado, porque mi yo del futuro sé que lo va a pasar mal este mes. 

Vuelvo a repetir que estamos a día 4 y ahora, AHORA, he abierto el carpesano desde el último día de clase, el 19 de diciembre. La verdad, no sé cómo acabaré este mes, seguramente con notas de mierda, aprobados justos y algún que otro suspenso, seguro. Y por si fuera poco, este 20 de enero será la tercera vez que me presente al examen de una asignatura de primero. Está claro que no es un gran problema, peores cosas y situaciones se habrán visto, pero me siento estúpida. Estúpida porque es una asignatura que me frustra y de la que sé que no voy a sacar ningún partido porque no me acordaré de nada ya que consiste en memorizar frases que ni entiendo, ni entenderé. 

Un mes se pasa rápido, casi sin darte cuenta, lo jodido es pasarlo. Ni han terminado las fiestas y ya tengo unas ganas impensables de que sea el día 28 de enero por la tarde. Eso querrá decir que tendré "libertad" (entre comillas, porque será provisional) ya que habré terminado con los exámenes. Y que podré ver y recibir el abrazo de esa persona que tanto habré ansiado este mes. 

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