Relatos.
Hoy he estado buscando por unas cajas que tengo a ver si, por casualidad, encontraba un sobre, pero no lo he encontrado. Pero, para mi sorpresa, he encontrado unos cuantos recuerdos que la verdad, no recordaba tener. Entre ellos había una especie de carta con una TARDIS escrita por mi mejor amiga que me decía que siempre estaríamos juntas, no he podido evitar leerlo con ironía, en parte. Luego, una felicitación de mi prima por mi cumpleaños de los 17 (ahora tengo 22) y tampoco lo recordaba. También he encontrado una carta que me escribí en segundo de bachillerato para mi yo futura (ponía que lo abriese el 26 de diciembre de ese mismo año) y creo que hasta hoy, casi cinco años después, no la había leído ni sabía de su existencia.
Todo esto lo cuento para llegar a lo que quiero tratar en esta entrada, y es que he encontrado una hoja con dos relatos breves que escribí en clase. Uno de ellos, el más aceptable, he considerado que estaría bien escribirlo y dejar constancia de ello. Aquí va:
Aquel día creía que iba a ser especial. Pol había estado esperándolo desde hacía más de un año. Por fin podía volver a ver a Núria, su hija de diecisiete años que se había ido a estudiar fuera del país. Pol se dirigió al aeropuerto, en menos de una hora llegaba Núria. Mientras buscaba aparcamiento, le vino a la cabeza todas aquellas películas de Hollywood en las que dejaban el coche justamente delante de la entrada del aeropuerto y se excusan diciendo que van a buscar al amor de su vida. Tan típico. Sonrió, todo aquello le parecía absurdo. Pensó que, de alguna manera, él también iba a buscar al "amor de su vida", ya que su hija era lo único que le quedaba. Los años anteriores había sido un desgraciado: su mujer lo abandonó cuando Núria solamente tenía dos años, sus padres murieron hace años y tenía un trabajo que odiaba. Y hasta que su hija se fue, solo vivía con ella y sin mucho dinero.
Pero ahora, después de todas esas desgracias, parecía que todo empezaba a salirle bien: había encontrado un trabajo mejor, había superado la soledad y hoy, por fin, volvería a ver a su niña, aquella a quien tanto quería.
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