A year ago.

Hoy es 25 de julio de 2018, ha pasado más de un año desde que terminé el grado y sigo sin saber qué quiero hacer con mi vida. Nada ha cambiado, sigo con la misma incertidumbre con la que terminé.

Pasar un año sin hacer nada puede que sea bueno para descansar de todos los años seguidos de estudio, pero si estás demasiado tiempo tomándote ese descanso puede que te pase lo que a mí: he dejado de tener motivación. Me explico, hace un año, a los 21, terminé el grado en Comunicación Audiovisual y durante ese verano no hice nada porque quería disfrutar del que, creía, sería mi último verano de "libertad". El próximo curso tenía seguro que no quería seguir estudiando, que ya estaba demasiado saturada de ese ritmo y me propuse tener un "año sabático". Esa idea está bien si te vas fuera a vivir un tiempo o si lo aprovechas para hacer algo que antes no habías podido. Por lo contrario, esa idea no llama mucho la atención si quiere decir que vas a pasarte un año entero en casa viendo los días pasar mientras poco a poco empiezas a sentir que vas perdiendo las ganas de hacer cosas. Y esto último, en mi opinión, ha sido mi gran error.

Sabía que no me iría al extranjero a vivir, por lo que decidí que en septiembre me pondría a buscar trabajo. Fui a muchas tiendas, dejé el currículum, envié correos, contacté con productoras... Pero nada de nada. Me creé cuentas en InfoJobs y en LinkedIn y hasta en una especie de web para gente que quería ser modelo. De todo esto, solamente acabé teniendo una entrevista de trabajo para la que no volvieron a llamarme. Empecé con ilusión a buscar trabajo, pero pasaban las semanas y cada vez iba importándome menos, hasta que a finales de octubre decidí apuntarme a la autoescuela para así, al menos, aprovechar el tiempo (y menos mal que lo hice). Al mes siguiente decidí volver a clases de pintura para retomar mi hobbie preferido. Los siguientes meses fueron una mezcla entre ambas cosas, un intento por sentirme útil. 

Me es muy duro admitir que en estos momentos nada me llena, nada me motiva, no siento pasión ni ganas por nada. Estos meses me han dado para pensar en qué ambitos me gustaría trabajar, por dónde me gustaría avanzar, pero me desmotivo cada vez que pienso que no sé hacer nada. Nada es nada. No destaco en nada. Me gustaría ser modelo, trabajar en el mundo de la moda, trabajar en una redacción de una revista, en una productora, en una televisión, ser guionista... Pero nada ha desarrollado el suficiente interés en mí como para saber por dónde empezar. Últimamente he pensado en que me ecantaría dedicar mi vida al mundo del arte, en concreto, a la pintura y ni tan siquiera eso, pintar, que es parte de mí, me está llegando a motivar lo suficiente como para empezar a hacer cosas. 

Ha pasado un año y sigo sin tener ningún plan, sin saber si estoy haciéndolo bien, sin saber hacia dónde quiero encaminar mi vida. No sé si debería irme fuera a buscar oportunidades o si debería quedarme. Toda esta incertidumbre me da miedo y ansiedad: tengo miedo al futuro, tengo miedo a no saber qué hacer, siento ansiedad al tener que tomar decisiones, siento ansiedad al pensar si estoy escogiendo el buen camino. Este ha sido el primer año en el que me he chocado con la vida real, en el que, por primera vez en la vida, no tenía una matrícula que llenar, no tenía un curso escolar que realizar, no tenía calendario que seguir. Nada. Absolutamente nada. Solamente yo contra el mundo real. Y es que nadie va a venir a ayudarte, nadie va a venir a decirte cómo vivir o qué decisiones tomar porque nadie tiene esa respuesta, porque cada uno es dueño de su propia vida y las decisiones, buenas o malas, forman parte de ella. Esto es algo de lo que me he dado cuenta, algo que he tenido que asumir. 

Algo que es totalmente obvio, pero hasta ahora no lo había experimentado al 100% es que todo empieza en mí, que nadie va a venir a guiarme, que tengo que hacer las cosas por mi cuenta, que he de tener fuerza de voluntad, que no tengo que parar. Quiero volver a tener motivación, quiero volver a sentir ilusión por las cosas, quiero empezar a encaminar mi vida. Quiero empezar una nueva etapa en mi vida, ser feliz, tomar decisiones sin miedo a lo que vendrá. Aprender, reír, vivir, eso es lo que quiero. Trabajaré en ello para lograr mis propios objetivos.

Finalmente, quisiera terminar diciendo que los años sabáticos están geniales, descansar forma parte también de la vida y es necesario, pero nunca se debe dejar de hacer aquello que te gusta. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La estufa

Fue tan largo el duelo que al final casi lo confundo con mi hogar.

Ayer fue mi cumpleaños.