No puedo más.
Me he dado cuenta de que cada verano me obsesiono con mi peso. Hace calor, voy más suelta, me noto y veo más el cuerpo. Error. Y si, además, le sumas que trabajo en casa, por lo que puedo levantarme cuando quiero y mirarme al espejo las veces suficientes como para que roce lo obsesivo, pues ya tienes ahí una combinación horrorosa. Siempre he sido una chica muy delgada, he estado siempre por debajo de lo que llaman “peso ideal” y mi talla era una S del Pull and Bear y una 36 de pantalón (a veces, incluso, una 34). Y aunque cuando estaba así tampoco me libré de los pensamientos nocivos acerca de mi cuerpo, ahora me veo en perspectiva y alucino con cómo podía entrar en según qué prendas. Pero, de unos años a ahora, mi cuerpo ha cambiado. Tengo casi 30 años y peso unos 10 kilos más que en aquella época. Mi peso ha ido oscilando, pero nunca he pasado de una 38 de pantalón. Ayer, sin ir más lejos, me puse a buscar en internet “cómo calcular tu porcentaje de grasa” y como primer resultado me ...