Fragmentos. III
Pequeño fragmento de una conversación entre Sherlock Holmes y John Watson;
"- Cuando le escucho explicar sus razonamientos -comenté-, todo me parece tan ridículamente simple que yo mismo podría haberlo hecho con facilidad. Y sin embargo, siempre que le veo razonar me quedo perplejo hasta que me explica usted el proceso. A pesar de que considero que mis ojos ven tanto como los suyos.
- Desde luego -respondió, encendiendo un cigarrillo y dejándose caer en la butaca-. Usted ve, pero no observa. La diferencia es evidente. Por ejemplo, usted habrá visto muchas veces los escalones que llevan desde la entrada hasta esta habitación.
- Muchas veces.
- ¿Cuántas veces?
- Bueno, cientos de veces.
- ¿Y cuántos escalones hay?
- ¿Cuántos? No lo sé.
- ¿Lo ve? No se ha fijado. Y eso que lo ha visto. A eso me refería. Ahora bien, yo sé que hay diecisiete escalones, porque no solo he visto, sino que he observado. (...)"
"- Cuando le escucho explicar sus razonamientos -comenté-, todo me parece tan ridículamente simple que yo mismo podría haberlo hecho con facilidad. Y sin embargo, siempre que le veo razonar me quedo perplejo hasta que me explica usted el proceso. A pesar de que considero que mis ojos ven tanto como los suyos.
- Desde luego -respondió, encendiendo un cigarrillo y dejándose caer en la butaca-. Usted ve, pero no observa. La diferencia es evidente. Por ejemplo, usted habrá visto muchas veces los escalones que llevan desde la entrada hasta esta habitación.
- Muchas veces.
- ¿Cuántas veces?
- Bueno, cientos de veces.
- ¿Y cuántos escalones hay?
- ¿Cuántos? No lo sé.
- ¿Lo ve? No se ha fijado. Y eso que lo ha visto. A eso me refería. Ahora bien, yo sé que hay diecisiete escalones, porque no solo he visto, sino que he observado. (...)"
Fragmento extraído de "Escándalo en Bohemia", de Sir Arthur Conan Doyle.
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