Casualidades desafortunadas.
Siete meses. Siete meses han pasado desde ese desagradable momento que odio recordar. Ese momento, lo más probable y seguro es que permanezca en mi mente para siempre. Bueno, supongo que forma parte de la vida el recodar la primera relación, la primera ruptura. Pasé un mes con los ánimos por los suelos, incluso tuve que ir a que me ayudaran. Al siguiente mes parecía que fuese todo a mejor es más, pasaban los días y me sentía bien. Desde ese día no lo vi por la calle, hasta una noche de verano. Sé que era él por el coche que llevaba. Me dolió muchísimo, ya que era la primera vez que lo “veía” desde aquella noche de marzo. Las otras dos veces que lo he vuelto a ver han sido momentos en los que he pensado que podría pasar por allí, y ocurrió. Las dos veces. A veces me siento adivina. Confieso que cuando voy por la calle, tengo miedo de encontrármelo, porque ya que sé que lo pasaré mal. Pero a base de golpes se aprende. Y algún día espero pasarlo sin recordarle. No